Recuerdo a mis hijos bien pequeños hablándome muy muy bajito y jugando en silencio por que a mama le dolía “otra vez” la cabeza.
Recuerdo haber salido corriendo, literal, al aparecer las auras y saber que, en media hora, exacta de reloj, comenzarían 72 horas, también exactas, de migraña
Recuerdo haber probado todo lo que podía, naturopatía, acupuntura, osteopatía, naprapatía, dietas celiacas, también me realinee mi atlas.
Recuerdo no haber contestado, haberme bloqueado, paralizado por completo, sí, ante los comentarios de personas que creían que exageraba, fingía o utilizaba de pretexto un simple dolor de cabeza para evitar… lo que quiera que fuera.
Recuerdo, siempre con una sonrisa en los labios, a mis amigas que nunca utilizaban perfume cuando por fin conseguíamos quedar.